Origen e Historia de la Aloreña de Málaga

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La antigüedad del olivar aloreño en la provincia de Málaga se remonta a época fenicia, es la arqueología la que da muestra de los intercambios comerciales que existían entre los fenicios enclavados en la desembocadura del río Guadalhorce con los pueblos autóctonos del Valle del Guadalhorce. La producción que se extraía del olivar aloreño, podía ser vendida en la colonia (la actual Málaga), o comercializada a larga distancia al evidenciarse el carácter cosmopolita de los fenicios, reflejado en un tráfico internacional con las principales ciudades del Mediterráneo.

De forma tradicional siempre se ha consumido en Málaga y en la Comarca del Guadalhorce aceitunas manzanilla aloreñas. Puesto que, según Madoz en 1845, se tiene constancia que las aceitunas manzanilla verde de Álora eran, primero, de autoconsumo llenándose dos o tres orzas de barro para cada casa; como existían excedentes posibilitaba que fueran enviadas a las zonas colindantes y a la capital de la provincia, para que ellos se surtieran todo el año y luego fueran exportadas al extranjero. Por consiguiente, es aceptable que en el Puerto Malacitano se obtuviera una gran cantidad de kilos de aceitunas aloreñas de Málaga. Estas transacciones comerciales a veces han sido distribuidas por los propios productores, directamente a París, Londres, Liverpool y otros mercados extranjeros.

En la década de los sesenta del siglo XIX se conoce de la venta de las aceitunas aloreñas de Málaga en el Mercado de La Latina de Madrid.

En el Archivo del Puerto de Málaga hay documentos de principios del siglo XX que evidencian la gran cantidad kilos de aceitunas que se comercializaban desde el puerto hacia lugares como La Habana, Nueva York, Puerto Rico, La Guayra, Puerto Cabello, Santo Domingo, Curaçao, Colombia, Puerto Limón y Puerto Barrios. Actualmente sus principales mercados son el provincial, el Levante Español, Centro Norte de España, el Centro Europeo, así como Estados Unidos y Argentina.

El nombre de “aloreñas de Málaga” para la comercialización de las aceitunas es una realidad desde hace años como muy bien lo indica el Semanario de Málaga nº 28 fechado el 7 de octubre de 1796, en el apartado titulado “Noticias particulares de esta ciudad”, se encuentran aceitunas que se vendían en la Alhóndiga de Málaga; este hecho es considerado un importante indicio de comercialización en el ámbito provincial. Mientras que, en 1809 un viajero romántico llamado William Jacob menciona a las aceitunas como producto que constituye la base principal del comercio exterior en Málaga. A todo lo anterior se le suma que las aceitunas aloreñas de Málaga que se comercializaban eran para el consumo como aceituna de mesa.

En definitiva, las anteriores palabras dan cuenta, en primer lugar, de la antigüedad del olivar y, en segundo lugar, de la fama y comercialización de sus frutos. Recientemente el volumen de publicaciones periódicas sobre la aceituna manzanilla aloreña va cada vez más en aumento, pudiendo destacar, lo publicado en: Periódico Sur, El País y Diario Málaga Costa del Sol, Tierra Sur y otras revistas especializadas del sector.

Igualmente los productores del olivar aloreño de Málaga han asistido desde el siglo XIX a ferias, exposiciones y congresos, como expositores. En la Exposición de Productos organizada por la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga en 1850 dos personas obtuvieron un premio por sus aceitunas, y en 1862, estuvieron representadas en otro hecho de igual índole al que asistió la reina Isabel II que degustó las aceitunas aloreñas de Málaga. Actualmente, la asistencia a dichos eventos se lleva realizando muy habitualmente entre ellas se destacaran las siguientes: Feria Internacional de Aceituna de Mesa en Sevilla, Feria de Productos Autóctonos y con Denominación de Origen de Torremolinos, Alimentaría en Barcelona y Feria Gourmet de Madrid.


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